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Apertura

Un santuario del lujo entre la tradición artesanal marroquí y la opulencia moderna

La cadena Ritz-Carlton aterriza en Marruecos con su primer hotel en la capital: una suntuosa mansión que sorprende al cliente con rincones de ensueño.

El lobby, con bonsáis y una lámpara de araña.
El lobby, con bonsáis y una lámpara de araña.
Actualizado

Sumergirse en el hotel Ritz-Carlton Rabat Dar Es Salam es adentrarse en un majestuoso palacete que parece salido del cuento de las mil y una noches. Este lujoso alojamiento reúne a la perfección la tradición artesanal marroquí con la opulencia moderna.

El efecto wow —ése que busca sorprender y emocionar a los clientes— funciona desde el primer momento en el que uno pisa las instalaciones del establecimiento y se encuentra con el espectacular lobby. Allí luce una sublime lámpara de araña de estilo rococó, que cuelga de una enorme cúpula decorada con motivos geométricos de tonos verdes, dorados y rojos.

Cada rincón de este hotel está pensando para epatar al viajero: desde los techos decorados con muqarnas —el clásico elemento decorativo árabe-andalusí— hasta las paredes adornadas con frescos marroquíes, que transforman el yeso en verdaderas obras maestras elaboradas por los artesanos locales. Todo este suntuoso palacete —con 100 habitaciones y 17 suites— está rodeado de 440 hectáreas de naturaleza, y se encuentra situado a escasos metros del campo de golf Royal Golf Dar Es Salam, uno de los mejores de Marruecos.

La gran piscina exterior.
La gran piscina exterior.

Los jardines son de estilo andaluz y en ellos destaca una espléndida piscina con bordes de brillantes mosaicos. No es la única, ya que el spa —inspirado en los baños romanos— también atesora una piscina interior con techo de cristal para que entre la luz natural, además de diez salas de masajes y dos suites para tratamientos en pareja.

De esta forma, la cadena Ritz-Carlton desembarca a lo grande en Rabat para abrir su primer hotel en Marruecos con una fiesta de inauguración celebrada el pasado 13 de septiembre. "En The Ritz-Carlton Rabat honramos la tradición de lujo y hospitalidad que ha definido nuestra marca durante más de un siglo. Nuestro palacio ofrece un refugio sereno donde cada detalle ha sido cuidado para asegurar una experiencia única", afirma Christian Fomm, director general del hotel.

Una de las habitaciones del nuevo alojamiento.
Una de las habitaciones del nuevo alojamiento.

La oferta gastronómica del establecimiento apuesta por los sabores locales e internacionales con una brasserie mediterránea, un restaurante más informal para la piscina y el Blind Tiger, un bar speakeasy inspirado en la década de 1920.

La cadena apuesta por un destino como Rabat, la auténtica joya escondida de Marruecos. Ubicada a orillas del Océano Atlántico, Rabat es una vibrante ciudad donde todavía no ha desembarcado el turismo de masas, lo que en estos tiempos que corren es oro puro.

Su medina no es tan espectacular como la de Marrakech, pero tiene la gran ventaja de que es mucho más auténtica y todavía se puede ver trabajar a los artesanos locales elaborando zapatos con rafia o bolsos de cuero. Pero Rabat también ofrece otros muchos atractivos como caminar por la Kasbah de los Udayas, recorrer su paseo marítimo con panorámicas de su impresionante cementerio musulmán o visitar el Museo de Arte Contemporáneo.

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